Desde que somos pequeños se nos inculca que “compartir” es un valor positivo. Hasta los Reyes Magos piden a los niños que compartan los juguetes. Pero los niños no queremos compartir los juguetes porque compartir significa “dividir”, significa renunciar a un tiempo de juego para dejarle tu juguete a otro niño (que además nunca te deja los suyos).
En este tiempo de crisis que vivimos ¿Compartir el trabajo? ¡¡Pero, si no tengo ni para mí!! Esta puede parecer la respuesta más razonable y, sin embargo, compartir el trabajo se demuestra hoy como una forma muy útil de capear el temporal y de prosperar en nuestra actividad.
Los espacios de coworking proliferan y se hacen cada vez más y más exitosos ¿El secreto? Usar otro significado de compartir: no se trata de dividir, se trata de colaborar.
Compartir es dividir cuando pensamos en compartir lo que tenemos, cuando pensamos en el pasado; compartir es colaborar cuando pensamos en lo que vamos a lograr, cuando pensamos en el futuro.
Como dicen en DCOLLAB: In CO We Trust
DCOLLAB es uno de los espacios coworking con nombre propio en un barrio con nombre propio como Malasaña en Madrid. Tanto es así que el pasado jueves 22 de Mayo ha fundado, junto con otros espacios, la red coworking Malsaña y han creado de DOMalasaña, como Denominación de Origen, para todos los negocios que están surgiendo en esta zona y que tienen un sabor muy especial.
Para saber más sobre la forma de trabajo en un coworking como DCOLLAB os emplazo al próximo número de Leaners Magazine, en el que vamos a tratar esta y otras visiones de la economía colaborativa.
Para generar unas correctas expectativas, es muy importante remarcar que, junto con las formas diferentes, la estética diferente y la relación diferente que proponen estos espacios y su forma de trabajar, hay un fondo con un objetivo claro de negocio. Y es que todos los que participan en estos espacios tienen muy claro qué es lo mejor para ellos y para su forma de entender sus empresas.