Como dice Chris Anderson, “la época pasada se centró en buscar nuevos modelos de colaboración e innovación en la web. La próxima será sobre cómo aplicar la colaboración y la innovación al mundo real” al mundo de las corporaciones.
Maite Moreno | @MonHappyMon
¿Cuál es el entorno? Zygmunt Bauman, en su libro Modernidad líquida, se refiere a cómo las organizaciones sólidas están llegando a su fin. La primera modernidad creó instituciones sólidas para que perduraran hasta el fin de los días, instituciones que ahora se ven desgastadas a gran velocidad por todo aquello que crea la modernidad actual, que fluye, cambia, se adapta. Ya no hay pautas predeterminadas ni estables.
Los sólidos —dice Bauman— se están “derritiendo” en esta modernidad líquida y a diferencia de estos, que persisten en el tiempo y duran, los líquidos son informes y están en continua transformación, fluyen…
Dan Tapscott y Anthony Williams, autores de Wikinomics, ya decían: “Vamos a ser testigos del surgimiento de una economía, de un género totalmente nuevo, en la que las empresas coexisten con millones de productores autónomos, que se conectan y cocrean valor en las redes tejidas de modo flexible”.
En el entorno de Bauman, la frontera organizacional se difumina y las organizaciones sienten la necesidad de abrirse cada día más hacia el exterior para dejar entrar a los clientes, proveedores, socios…
En las empresas abiertas, donde la tecnología, obviamente, es importante porque es el medio para ello, lo son aún más las personas, que facilitan el flujo de información en todas las direcciones (de arriba abajo, de abajo arriba, de dentro hacia fuera, de fuera hacia dentro…).
Las diferentes personas o grupos de personas que tienen impacto en la organización o se ven afectados por las actividades, productos o servicios de la misma dejan de ser solo empleados, clientes, proveedores… para convertirse en personas con activos y capacidades que pueden poner al servicio de la organización.