Teniendo en cuenta el rápido crecimiento y la demanda de este tipo de cursos, grandes fondos de inversión de capital de riesgo y prestigiosas universidades de Estados Unidos (como el MIT) invirtieron millones de dólares para poder formar dos plataformas exitosas: Coursera y edX.
En sus inicios, los MOOCs se encontraron con múltiples reticencias dentro del sector educativo, pero gracias a las críticas masivas que aparecieron en Internet, y a Sebastian Thrun que fuera profesor en la Universidad de Stanford y actual fundador de Udacity (una universidad online y gratuita para todo el mundo), han logrado que este modelo se retome con gran éxito.
Este empuje mundial ha logrado que importantes instituciones se vuelvan a plantear la adopción de este modelo, de forma que, tanto las plataformas que imparten estos cursos como las propias instituciones, puedan obtener algún beneficio que les permita integrarlo en su ecosistema educativo.
La evolución de los MOOCs durante los últimos 5 años ha causado un gran debate sobre el desarrollo de modelos innovadores en la educación superior. Ahora depende de todos los integrantes de este ecosistema –estudiantes, profesores, etc.- que el proyecto que una vez fue un experimento siga evolucionando y que pueda ser beneficioso para los millones de estudiantes alrededor del mundo que solo pueden acceder de manera online y que buscan una alternativa abierta, a bajo coste e interesante.