Ser capaces de conjugar lo antiguo con lo moderno, de revitalizar una marca española que fue referencia en su momento y unirla a la más avanzada tecnología, compitiendo en un contexto global y en un mercado tan complejo y competitivo como el de la automoción. Bultaco ha vuelto y lo hace mirando al horizonte, con un proyecto bien armado en el que se conjuga innovación, conocimiento, talento y sentido común. Juan Manuel Vinós es uno de los responsables de esta iniciativa que deberemos seguir muy de cerca.
Emprendedores, empresarios, moteros…
Desde luego, no podemos definirnos como moteros; no. La moto es una de las pasiones de alguno de nosotros y esto nos hace afrontar este proyecto con una motivación distinta.
Nosotros somos empresarios. Estamos creando una empresa de una manera natural, aunque posiblemente con una visión diferente. En Bultaco yo no tengo ninguna sensación de startup. No lo hemos sido ni siquiera cuando empezamos. Entiendo una startup como un proyecto vinculado a una idea o a un desarrollo concreto, que cuando va creciendo intenta acompañarse del resto de elementos necesarios para convertirse en una empresa.
Desde el primer momento, nuestro proyecto cubría todas las facetas de una multinacional, aunque la compañía fuese muy pequeña, y fue creciendo en todas sus áreas al mismo tiempo. Desde el día uno (con 3.500 € de capital social), tenemos la mejor asesoría jurídica —capaz de negociar con Piaggio—, la mejor gestión de la organización, una idea clara de lo que queremos ser en el mercado, gente capaz de valorar, desde el punto de vista técnico, lo que estamos haciendo…
Resulta curioso que se trate tanto el concepto de emprendimiento y de startup. Si lo que se pretende es el éxito de un emprendimiento, será porque eso acaba en una empresa. Resulta extraña esa visión de empresa que existe en España, de la empresa y del empresario.
¿Crees que eso está cambiando?
No lo sé. La sociedad española está acostumbrada al trabajo por cuenta ajena, seguramente porque tenemos una ascendencia rural importante. Esto deriva en una imagen negativa de la figura del empresario.
Crear una empresa es asumir riesgos, generar valor… Al final terminas influenciando en la sociedad, en la creación de empleo, en el modo en el que la gente se comunica, vive, se mueve. La gente es capaz de invertir mucho dinero en una vivienda como una aspiración, pero no es capaz de destinar esa cantidad en una empresa que cree valor.
Parece que el emprendedor es bueno y el empresario malo. A nosotros nos cuesta mucho trabajo entender eso. El buen fin del emprendedor es convertirse en empresario y el de una startup es ser una empresa. Es curioso que para determinados ámbitos sociales, la startup y el emprendedor estén bien valorados y, sin embargo, el mundo de la empresa sea horrible.
Bultaco nace con un ámbito claramente internacional
Efectivamente, pero no nos vemos como un fabricante de motocicletas, eso es la consecuencia última. Bultaco se está posicionando en un área nueva, que es la movilidad, con productos nuevos, con modos de propulsión distintos. El objetivo es crear un proyecto que sea lo suficientemente atractivo como para que las principales líneas de investigación a nivel internacional, los principales ingenieros, tengan interés por venir aquí a trabajar.
Eso es fundamental. Pensar que aquí se pueda generar un núcleo de influencia desde una vertiente puramente técnica, y en un nicho nuevo, nos parece lo más importante.
Por ejemplo, con nosotros trabaja el ingeniero jefe de Michael Czysz, toda una referencia en la carrera de Isla de Man, en la que desde hace cinco años se viene organizando una prueba específica para vehículos eléctricos puros. El año pasado, Michael recibió la estatuilla de plata por conseguir una media de más de 160 km/h, con picos de casi 300 km/h.
Pues ese señor está con nosotros, en España, en nuestra fábrica. Estamos reuniendo un equipo con las principales referencias a nivel mundial, fichando talento de algunas de las grandes referencias internacionales en este segmento.