Vivimos tiempos emocionantes en cuanto a la labor emprendedora se refiere. Es un auténtico boom en el que el fenómeno emprendedor ya se cubre por una buena cantidad de medios de información (desde luego los económicos), aparecen nuevas publicaciones como Leaners, por todas partes se organizan eventos y actos, no hay escuela de negocios medianamente respetable que no tenga programas formativos o de apoyo y pronto tendremos una incubadora de empresas en cada barrio. ¿No es sensacional?
Santiago Rodríguez | @srllorente
Mucho nos hemos quejado de que nuestro país no es dado al emprendimiento. Que si aversión al riesgo por aquí, que si falta de medios por allá, que si motivación por otro lado. Bueno, pues aquí tenemos las dos tazas. Y, sinceramente, me parece genial. Es exactamente lo que necesitamos y me da bastante igual si el fenómeno se desata por necesidad o por verdadera vocación. El caso es que se desate. Siempre será para bien y siempre nos dará a todos una motivación adicional para iniciar nuevas aventuras ahora que otras acaban.
Este fenómeno no es nuevo en economías que han sufrido grandes crisis. De hecho, tampoco es nuevo en nuestro país. Pero creo que en esta circunstancia sí que se está dando un fenómeno novedoso que actúa como un potente catalizador del esfuerzo ya que, por primera vez, contamos con la combinación de dos elementos facilitadores: una metodología de emprendizaje y la posibilidad de conectarnos con cualquier persona del mundo…