Te guste o no te guste, las cosas han cambiado. Mira alrededor, los viejos paradigmas que funcionaban hasta hace bien poco han sido dinamitados. Hoy ya nadie duda de que el reto de las empresas está en el talento; la tecnología o el dinero ya no son valores diferenciales. Atraer y retener el talento es la clave para el éxito presente y, sobre todo, para el crecimiento y la mejora continua.
Jesús Gómez | @JeGoFer
La velocidad actual de los cambios y los flujos instantáneos de transferencia del conocimiento hacen que los ciclos de mejora y evolución que antes se medían en años ahora se midan en meses.
A mediados del siglo pasado, el tiempo medio de vida de las grandes empresas era de 60 años, hoy es de 20. Eso significa que no es suficiente con llegar, lo más difícil es mantenerse. Y para seguir estando es necesario atraer, retener y crear talento. Para ello, las empresas deben tener dos requisitos: un ecosistema favorable y un aprendizaje (y desaprendizaje) continuo. El ecosistema lo dejaremos para otra ocasión y me centraré en el segundo.
Llevo 20 años dedicado a la formación, tanto en ámbitos académicos como intraempresa. Siempre que inicio una acción formativa en una empresa me intereso por las expectativas de los alumnos y una de las preguntas que me gusta realizarles es “¿para qué estás aquí?”. La respuesta, en la mayor parte de la ocasiones, es “porque me han mandado que venga”. Si transmites esta misma pregunta al que contrata la formación, la respuesta es incluso mucho más ambigua: o es la técnica de moda o es para cubrir las horas que su documento de responsabilidad establece; pero nada, o casi nada, respecto a alineamiento estratégico, valor para los clientes o accionistas, planes de carrera o similar.
Si consideramos la formación como una inversión, entonces tiene que tener retorno; si no se llama gasto. La meta de la formación es asegurar que tenemos la capacidad de conocimiento suficiente (oferta) para cubrir las necesidades presentes y, sobre todo, futuras (demanda). Las universidades tienen la obligación de formar profesionales preparados para afrontar los retos venideros y las empresas tienen la necesidad de obtener profesionales adaptados a sus necesidades presentes y preparados para adaptarse a los retos futuros.