Este artículo comienza con un topoema. En este año 2014 celebramos el nacimiento de Octavio Paz, poeta galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1990. Octavio Paz acuñó el término “topoema” para ese tipo de poesía espacial, donde la letra no se encuentra encadenada a la línea. La idea no es original de Octavio Paz, pues Mallarmé y Apollinaire ya practicaron antes un tipo de poesía visual. Sí queda en el haber de Octavio Paz la creación del término “topoema” con la publicación en 1969 de su libro homónimo.
Con los topoemas la letra juega con el espacio, haciendo que todo el espacio sea poesía. Por fin la poesía se libera de la rigidez de la estructura, del encadenamiento lineal y del punto y seguido. Octavio Paz innovó la poesía haciendo que ésta pasara a ocupar toda la plaza pública de la hoja en blanco. Cabría pensar si para innovar también debemos ocupar todo el espacio jerárquico de una organización. Si en un topoema, todo el espacio es poesía, por qué no pensar en una “toponovación” (topo + innovación), donde toda la organización sea innovación.
Roles para la innovación
Los roles ligados a la innovación están cambiando. Las organizaciones innovan en productos e innovan en roles. Y con ello complican su estructura.
Desde un punto de vista operativo se habla, por ejemplo, de los nueve roles para la innovación: el revolucionario, el recluta, el conector, el artista, el campeón del cliente, el “resuelveproblemas”, el juez, el mago y el evangelista. Más que roles debemos entender tales como caracteres de las personas. Dependiendo del carácter particular, se acercan a la innovación de una forma u otra. Cada una de estas personalidades es necesaria en el juego de la innovación. En el arte de una organización se encuentra el saber identificar dichas personalidades y darles la responsabilidad adecuada.
Estos roles podrían ser las palabras de nuestra toponovación y con ello comenzamos una posible escritura. Haca falta saber quién puede tener la visión de conjunto que distribuya las palabras por el espacio. Llegamos a los directores llamados de nivel C (CxO).
También existe abundante literatura al respecto, cuestión no de extrañar, pues en este mundo existe sobrada literatura de cualquier tema (máxime hoy en día, donde publicar es fácil debido a las redes sociales: blogs, Facebook, Twitter). Se habla de crear nuevos roles para los directores de nivel C; roles que favorezcan la innovación. Luis Gallardo habla de crear directores de nivel C que atiendan los 6 retos de una organización actual, que se agrupan en 6 erres. Cito los retos en inglés para acomodarlos fácilmente a las 6 erres: reason, revenue, rousers, reputation, relationships y resilience. Siguiendo esta visión, debería existir, por ejemplo, un chief reputation officer, o un chief rouser officer, dentro del comité de dirección de la organización….