Recientemente se ha conocido que Toyota va a cerrar la planta de trabajo que tiene en Venezuela. Hasta este momento, la japonesa era responsable de la mayor parte de la producción automovilística del país. Consideraciones políticas aparte, la causa del cierre está en la imposibilidad de mantener una adecuada cadena de suministros en la deteriorada economía del país.
Esta noticia pone de relieve lo importante que es para la moderna industria del automóvil una correcta operación de todos los procesos y las relaciones establecidas con otras partes de la economía. En concreto, Toyota, es una compañía pionera en las prácticas de gestión industrial y ha desarrollado su propio Toyota Production System (TPS), que es la base de lo que conocemos como lean manufacturing y, en general, la filosofía lean.
¿Sabías que compañías como Toyota, son capaces de funcionar con un nivel de inventario en sus factorías equivalente sólo a dos horas de producción?, ¿o qué han establecido protocolos que permiten parar la factoría ante cualquier anomalía? Íñigo Rengifo, director de Logística de Repsol Química, ha participado recientemente en un viaje a Japón en el que han podido visitar no sólo Toyota, sino otras empresas en las que han descubierto diferentes aspectos de esta filosofía. Por ejemplo, en Toto, líder mundial de fabricación de sanitarios, controlan también el exceso de inventario con una marca en la pared, a un metro y medio de altura, que no puede ser superada por el material almacenado. Otras compañías, como el fabricante de chocolates Yuraku, han implantado protocolos conocidos como poka yoke (a prueba de fallos). Un empleado no puede entrar en la fábrica sin haberse lavado las manos con alcohol, instalando en la puerta un detector que bloquea su apertura si no se ha utilizado este limpiador.
La conclusión de la visita confirma que la aplicación de esta filosofía tiene un enorme potencial en la industria española. Algo posible si tenemos en cuenta que los principios lean ya están poniéndose en práctica en compañías como Repsol Química, que ha adoptado ha adoptado prácticas como la orientación al cliente, y ahora analiza sus propias factorías, empezando el final de la cadena —la salida, lo que se entrega— para así disponer todo en consonancia en la creación de valor para el cliente. También se busca la eliminación de desperdicios y la mejora continua. Según explica Íñigo: “Las personas que están en equipos lean están encantadas de tener la oportunidad de participar en la mejora. Tenemos que luchar por implantar la filosofía lean, que conlleva una reducción drástica de stocks y un cambio de filosofía respecto a la importancia del orden y la limpieza como fuentes de moral y productividad”.
En definitiva, aplicando las técnicas lean, y entre todos, muchas empresas españolas podrán avanzar hacia un futuro donde “no tengan que contar con menos personas trabajando y puedan asegurar que emplean el tiempo en las cosas que cuentan.”